PERFILES
DE LA MUJER VIOLENTADA
Es imposible afirmar que haya un perfil
definido de la víctima o hay rasgos característicos capaces de identificar o
etiquetar a la víctima de violencia psicológica y/o física.

Los rasgos que la mujer presenta tras las agresiones son los que
efectivamente dan lugar a cambios importantes en su personalidad. En la mujer no hay un factor determinante para
que se produzca la violencia siendo indiferentes las características de su personalidad;
la característica principal de la víctima es sencillamente ser mujer. No es
consistente la afirmación de que hay más o menos probabilidad de ser víctima la
mujer que, por ejemplo, es ama de casa, o que tiene o no ingresos económicos y
un status social determinado, o que es pasiva u hostil, o que ingiere alcohol o
emplea violencia con sus hijos, o que tiene un nivel de educación alto o bajo,
o que tiene alta o baja
auto-estima.
Generalmente las mujeres maltratadas están
constantemente aterrorizada con su
experiencia, no son violentas y solo usan la violencia en defensa propia. Con
lo cual, la personalidad de las mujeres víctimas de violencia se va moldeando y
se acaba definiendo con el transcurso del maltrato por algunos rasgos típicos:
- Sometimiento al grupo.
- Un férreo respeto a las normas y a las ideas
establecidas.
- Facilidad para acceder y conformarse.
- Sentimiento de culpabilidad.
- Poca fuerza de su yo.
- Baja autoestima.
COMPORTAMIENTO TÍPICO DE LA MUJER MALTRATADA
- Pueden mostrarse en exceso, suspicaces por los mismos motivos e hipervigilantes en el ambiente.
- Puede desarrollar pautas de comunicación de tipo manipulativo-seductor, cuya conducta ha aprendido como medio eficaz de mantener el "control" en su entorno inestable donde el maltrato puede aparecer en cualquier momento. Como consecuencia, se muestra seductora, sexualizando todas sus relaciones sociales en un intento de ganar afecto y reconocimiento y neutralizar la agresión.
- Tiene una baja autoestima y su autovaloración es insignificante.
- Desarrolla sentimientos derivados de la cólera
o enojo.
- Asocia
confrontación personal al dolor físico y moral.
- Huye del conflicto hasta que éste se acaba
expresando de forma explosiva e inapropiada.
- Tiene excesiva complacencia y el deseo de agradar a otras personas. En
otras palabras, suele esperar ser capaz de hacer 'todo' tan perfectamente
como su pareja-maltratador desea.
- Cuando falla en semejantes expectativas irrealistas la mujer se siente culpable. Ante tales posibilidades de entrega y sacrifico total, la mujer - que ha interiorizado las pautas sociales según las cuales ella es la principal responsable por el mantenimiento de la paz conyugal y de la armonía familiar, y siendo incapaz de asumir el fracaso -se empeña en comportamientos sumisos ante hombres que no pueden o quieren quererlas y, por lo tanto, se encuentra en un callejón sin salida.
Puede presentar las siguientes
secuelas:
- Inhibición de la expresividad.
- Vivir en constante estado de alerta.
- Tener adicciones a sustancias tóxicas.
- Tener alteraciones de salud, alimentarias y
sexuales.

- Tiene perfectamente asumido su rol sexual y las obligaciones que se derivan de él.
- Existen una serie de cogniciones, previas al
comienzo del abuso conyugal, que pueden contribuir a que aumente su
situación de vulnerabilidad una vez que ocurre la violencia.
- Conservar
actitudes y creencias sexista, tales
como el deber primordial como esposa y madres de cuidar a sus maridos e
hijos, sacrificando su propio cuidado, o hecho de educar de modo diferente
a sus hijos con respecto a sus hijas.
- Tienden a
minimizar y a racionalizar la violencia
cometida contra ellas,
volviéndose prototípicas o samaritanas, en el sentido de vivir siempre
sacrificándose por los demás, buscando el bienestar de su familia, sin
apreciar su propia vida, que consideran destrozada e inútil.
- Desarrollan un sentido de culpa y de baja autoestima, ésta como consecuencia
del mal trato que reciben, tienen creencias negativas de su imagen, se
creen incompetentes incapaces de desenvolverse en el entorno afectivo,
sexual o laboral.
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